lunes, 27 de abril de 2015

Rafaela Baroni, un colibrí sobre el dulce de guayaba©

Un colibrí sobre el dulce de guayaba. 
A Rafaela Baroni©
Rafael A. Strauss K.

Texto solicitado para el Catálogo de la Exposición Rafaela BaronI La Mujer del Encanto, pp. 5-7, Fundación Cultural José Ángel Lamas, Museo de Arte Popular de Petare, agosto 1991.

      Libre, menuda, tierna..., como el gorrión de la canción de Serrat. De andar magnífico, prudente, cadencioso, transita por la vida con la certeza de un felino amigable, sin renunciar a esa esbelta elegancia de dama a cuerpo entero en camafeo. La recuerdo en su actitud paciente ante la impostergable prisa de estos tiempos, y es que su andina condición de frailejón eterno extiende su aterciopelada mirada y empiezan a ocurrir esos tantos milagros que siempre Rafaela propicia..., y uno se va enredando en el arcoiris de sus fonemas apresurados, de sus brazos de director de orquesta, de sus manos de maestro de escuela y en medio de ese torbellino diáfano y multicolor uno divisa la infinitud de su negro cabello, suelto, como un galope vegetal y silencioso en un cuidado bosque, o acrinejado, como ríos de azabache magnífico o en un moño vespertino recordador de paseos por una plaza enorme y despejada, olorosa al colectivo vuelo de golondrinas que retornan... y uno se va enredando en ese equilibrio que Rafaela ha establecido entre la vida y la muerte a través de su arte que es su vida.

            Por sus relatos1, uno sabe que emergió del milagro -subterfugio inventado por los seres humanos cuando deseamos creer en algo que hemos creado- porque ya es trascendente y esencial que Rafaela recuerde, con la fuerza de un colibrí atinador, pacífico, seguro, que por revelaciones de una constante fe en sí misma y en su creatividad, afortunadamente aún inagotable, curó de una ceguera oscurantista, y como un habitante de la Grecia heredada convocó por igual a deidades y a humanos y la imagen serena de una naciente virgen emergió primigenia, redentora y posible de las manos sorprendidas de Rafaela... la Virgen del Espejo... su amiga, su mejor compañera, y su arte tiene esta experiencia de creadora de cielos, de esta Rafaela siempre pastoreando milagros, de esta imagen borradora de infiernos, de esta enemiga sutil de la tristeza; tiene su arte el aroma de su afecto por los seres humanos, a pesar de que algunos hayan violentado esa confianza en la especie; tienen sus creaciones la palpable ternura que emiten sus labores de encaje y las ropas que cose, y sus tallas exhiben la familiaridad de Rafaela con lo místico, que ha plasmado en ese mundo tan particular que nos ha creado. Ella y su obra toda, un clarísimo espejo de dimensiones infinitas en el que cada quien puede ver reflejadas sus angustias, mucho de su destino y buena parte del pasado común de todos como humanos... porque Rafaela siempre deja un espacio para cada uno de nosotros. En sus manos la madera se torna sentimiento, se llena de sonidos, se enriquece con formas y colores, habla...; de simple material vegetal de circunstancia se hace vida y uno siente el palpitar de sus piezas, y se hace muerte, y uno percibe mensajes del futuro, y se hace historia, y uno tiene la certeza de nuestra propia permanencia.

            Así la vida, así la obra de esta artista Rafaela Baroni..., de este personaje que ha sabido argumentar su arte con su propia existencia y, sin complicaciones, involucrar a todos en su existencia y arte. Amiga de lo humano porque ya se conoce los ritos de lo eterno, que desde hace tiempo transitan por su piel de dulce de guayaba, fabrican arcoiris, reproducen su esencia olorosa a vainilla, abren de par en par las puertas de su Pesebre, permanente-continuo-constante nacimiento...

            Tomo prestado un Canto, Rafaela, para decir que estás llena de oficios de herencia, de oficios muy viejos; para decirte que has aprendido del río a dormir en los pozos y del viento a barrer la hojarasca y del viejo a amansar la tristeza, a cantarle canciones, a prenderle velones, a arrullarla en los brazos, a dormirla despacio con humito y canela2..., y nos has enseñado, Rafaela... 




1. En 1989 se nos pidió que corrigiéramos la transcripción de unas grabaciones a Rafaela, hechas con la intención de publicarlas, lo que, hasta donde sé, no ha ocurrido.
2. Paráfrasis a uno de los Cantos para que no te mueras, de María Inmaculada Barrios. Grupo Editor Derrelieve. Caracas, 1984. p. 34.

martes, 14 de abril de 2015

Etnocidio Armenio, en su 90º aniversario ©

Etnocidio Armenio, 90º aniversario©. Discurso leído por el Orador de Orden Prof. Rafael A. Strauss K., el Sábado 23.4.2005 en el Auditorio del Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, a las  10 a.m.

Monseñor Gomidas Ohanian, representante de la Iglesia Apostólica Armenia de Venezuela. / Sr. Marcos Zarikian, Cónsul de la República de Armenia. / Dr. Krikor Postalian, Presidente de la Comunidad Armenia de Venezuela. /Abogada, Lucía Fernández de Devletian, ponente en esta conmemoración.
Saludo desde esta tribuna, la vida oculta de los cientos de árboles plantados por el amor en esta aula universitaria de la flora… Saludo, también, la sangre vegetal que como fuerza invisible y de esperanza se trastoca serena y apacible para llenar de vida los ornamentos vegetales de este parque magnífico… Y los saludo a ustedes, todos, señoras y señores, y me saludo a mí mismo porque somos indudables herederos del amor.
Es el amor, definitivamente, la fuerza inmaculada, magnífica y precisa que hace visible a los dioses de cientos de culturas del pasado y del presente del mundo, con quienes vence la vida como el principio que genera y sostiene lo bueno; como el principio que nos fortalece y eterniza. El ser humano, entonces, está obligado a perseguir su propia felicidad y la de todos, y a ser feliz y hacer felices a quienes comparten su identidad humana.
No está llamado el hombre para la destrucción; no está hecho el humano para no ser feliz y no lo está tampoco para el odio…, y nada, nada, nada justifica que la infelicidad, la destrucción, presidan y empañen la originaria bondad de los seres humanos y conviertan los escenarios de los seres humanos en lugares de odio, de tristeza; en espacios donde la muerte decretada impere sobre la vida creada por expresa disposición del amor.
Poca distancia separa lo bueno del amor, que para la filosofía griega es, ante todo, una fuerza unitaria y armonizadora. Para Hesíodo y Parménides, el amor constituye la fuerza que mueve las cosas y las lleva y las mantiene juntas. Para Platón, el amor es ante todo aquello que se dirige hacia la belleza, que no es otra cosa que el anuncio y la apariencia del bien y es, por lo tanto, deseo del bien. Para Aristóteles, el amor y el odio, como todas las otras afecciones del alma pertenecen, no al alma como tal sino al hombre en tanto que el ser humano está compuesto de alma y cuerpo. El cristianismo, por su parte, entiende el amor como un tipo de relaciones que debe extenderse a todos los prójimos, es decir, a todos, lo cual transforma a este vínculo en un mandamiento que deberá transformar a los hombres en hermanos. (N. Abbagnano, Diccionario de Filosofía)
Y el mensaje de amor por excelencia, el Nuevo Testamento, contiene en su discurso 124 referencias a la palabra amor y 161 al verbo amar, en tanto que a la palabra odiar sólo dedica 29 y del término odio no existe ninguna referencia. En el Antiguo Testamento se expresa de manera clarísima en Oseas 3,1 y 6,4-6, en Génesis 29,20 y en Isaías 49,15, en tanto que el Nuevo Testamento, partiendo de Deuteronomio 6,5 y de Levítico 18,9, Jesús une los mandamientos de amor a Dios y al prójimo. Pero va más allá, y recalca con Mateo 5,43-46 el deber de amar a los propios enemigos. En las epístolas de Pablo el amor va unido a la fe y a la esperanza (1 Co 13,13) como un don del Espíritu Santo, y en Corintios 8,11-12 leemos: “El amor es la exteriorización de la fe, y entraña un cuidado especial con los miembros más débiles de la comunidad.” (W. R. F. Browning, Diccionario de la Biblia)
Pero si esto es así; si el mundo debe obedecer al amor, a la construcción, la alegría, la paz, la concordia, la creatividad…, ¿por qué entonces los hombres se han deslizado en tantas ocasiones hacia los oscuros laberintos del odio, del desamor, de la tristeza, de la destrucción…? ¿Por qué el mal urde sus tejidos de angustia y de violencia y termina atrapando al hombre, directa o indirectamente? ¿Por qué el mal se cierne como un defecto de la identidad humana y hasta llega a habitarnos?
Consideraciones psicológicas, teológicas y de otras procedencias han intentado responder a estas interrogantes y, sin embargo, no lo aceptamos… Y no lo aceptamos, porque sabemos, estamos convencidos, creemos, que es el amor lo que debe predominar en los seres humanos…, pero pareciera que estamos ante una contradicción, ante un doble discurso en el que se han movido y se mueven nuestras vidas. Malo es lo que se aparta de lo lícito y honesto, es lo contrario al bien, es el daño u ofensa que algo o alguien reciben; malo es dolencia, enfermedad, desgracia, calamidad…, en tanto que para el discurso psicológico, odio es la actitud emotiva caracterizada por la ira y una gran aversión, enemistad o mala voluntad, junto con el deseo de perjudicar a algún objeto o individuo. Y bueno es, en general, aquello que tiene bondad en su género, que es gustoso, apetecible, agradable, divertido…
¿Y por qué el genocidio? No es fácil pronunciar la palabra, ni pensarla siquiera, porque apenas lo hacemos lo primero que quisiéramos como actuantes del bien, como amantes de la bondad, es que la palabra genocidio no existiera, pero el término existe: fue acuñado por Rafael Lemkim en 1943, antes del holocausto en el que murieron millones entre judíos, gitanos, impedidos y homosexuales de distintas nacionalidades. La ONU adoptó en 1948 la Convención contra el Genocidio, que ha sido el modelo seguido por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y por más de 70 países que han tipificado ese crimen en su legislación. Existe la palabra, pues, que se nos presenta con toda su crudeza… Cuando la pronunciamos es como si convocáramos toda la telaraña que la envuelve y el vocablo nos pesa con dimensiones de angustia… Es como si prevaleciese la circunstancia del mal, y la esencia del bien se trastocara en nada y hasta llegamos a dudar de la bondad innata del humano, y la palabra amor y la palabra humano se fueran a otra parte, se escaparan, se hicieran pequeñitas ante la magnitud de la palabra genocidio, calificado por Amnistía Internacional como "el crimen de todos los crímenes", con lo que acentúa que es la peor conducta que los seres humanos puedan concebir, ejecutar o sufrir, según se sea víctima o genocida.
No quisiéramos ni siquiera decirla, ni siquiera pensarla… La quisiéramos fuera de todos los diccionarios del mundo, pero las cosas de los hombres, como realidades históricas que son, deben denominarse, deben tener un nombre para identificarlas, para saber qué son…, pues es la realidad de los seres humanos la que puebla los diccionarios de todas las culturas, en un contrapunteo insospechado que revela el amor y el odio, extremos en los que pareciera atrapada la humana naturaleza.
Pero ante todo cuanto revela el genocidio y la maldad en la que el hombre pareciera empeñado, ¿estamos preparados para el amor? O ¿qué tan preparados estamos para amar? Y más aún: ¿qué tan capacitados estamos para perdonar, es decir, para la misericordia y la reconciliación, para el restablecimiento de las relaciones personales tras una ruptura? Parece como si cuando lo intentamos pasan por nuestra realidad tantos desaciertos malignos que se distancian de manera sensible del mensaje de amor que nos identifica como seres humanos y que nos inviste de manera esencial. Pareciera que el desamor, el odio, el no-perdón hubiesen venido ocupando un lugar importante en el mundo y el mundo, entonces, pareciera sumido en las cosas del diablo y ausente de los dioses magnánimos, creadores, amigos del humano…
La conquista y colonización de América inscribió en la historia uno de los peores genocidios y etnocidios que se recuerden, hasta el punto de que en 1992, a propósito de los 500 años de ese evento, el Papa Juan Pablo II pidió perdón a los descendientes de ese genocidio, producto de las ansias de oro, que alcanza hasta la práctica inhumana del esclavismo y de la duda de si los conquistados eran seres humanos. Varios millones nos mataron entonces…
Pero no se detuvo ahí el sediento demonio… Vendrán otros infiernos y la historia del mundo dará cuenta de buena parte de ellos… Antes del desastre en América, el poder de la Iglesia en Europa se empeña en cazar brujas, por tres siglos, ocasión en la que se persiguió, torturó y ejecutó a decenas de miles de víctimas, la mayoría mujeres. Y entre 1937 y 1938 tuvo lugar lo que la historia del horror conocerá como La Violación o Masacre de Nanking, en China, por parte de fuerzas japonesas, evento en el que hubo violaciones, miles de asesinatos, bebés ensartados en las bayonetas de soldados bestiales y borrachos. Se dice que en Nanking murieron entre 150 mil y 200 mil personas. http://exordio.com/1939-1945/militaris/espionaje/kempeitai.html
Entre 1941 y 1942, en sólo ocho meses, invasores alemanes someten por inanición y ejecuciones sumarias a aproximadamente 2.800.000 prisioneros de guerra, un caso de genocidio que aún está en estudio. Y en 1971, en Bangladesh, al este de Pakistán, “El genocidio […] se alía con la liquidación de los prisioneros de guerra soviéticos como el asesinato masivo más concentrado de no combatientes en la historia del siglo veinte”, afirma un grupo de estudiosos, que calcula el horror en tres millones de personas… Generocidios actuales e históricos. En: www.gendercide.org/caso.html
Entre 1992 y 1995 las fuerzas serbias optan por separar a los civiles hombres y mujeres para matarlos en masa o cazarlos en los bosques, alcanzando el evento la muerte de unos siete mil individuos, hasta donde los estudiosos pueden afirmarlo, además del genocidio contra los bosnio-musulmanes, particularmente varones.
Pero hubo otros horrores, como si los mencionados y otros anteriores no fueran suficientes, como el holocausto a los judíos europeos impuesto por el régimen nazi, calificado como “la mayor campaña sádica y sistemática de exterminación masiva jamás montada” Generocidios actuales e históricos. En: www.gendercide.org/caso.html
En 1994 se tienen otras noticias aterradoras en el mundo: en Rwanda, centro de África, los varones de las étnias tutsi y hutu, estos últimos en menor cantidad, fueron perseguidos, acosados y masacrados sistemáticamente. Se habla de 600.000 asesinados. Y entre 1998 y 1999 Kosovo-Herzegovina vive la expulsión de mujeres, niños y ancianos, el sometimiento sexual a jóvenes kosovares y una sistemática selección de otros 10.000 jóvenes, a quienes se detiene, tortura y ejecuta.
¿Y qué de otras atrocidades, por distintos motivos, que han plagado de horror a Sudáfrica, a Irak, a Afganistán, a otras partes de este mundo que aún podemos y queremos amar? ¿Qué de los 3 millones de ucranianos, 250.000 gitanos, 25 millones de rusos, 25 millones de chinos, 1 millón de ibos, 200.000 guatemaltecos, un millón 700 mil cambodianos, 500.000 indonesios, 200.000 timorenses del este, 250.000 burundis, 500.000 ugandeses, 2 millones de sudaneses, 2 millones de norcoreanos, las víctimas de los bombardeos a poblaciones civiles durante la guerra civil española -el bombardeo a la ciudad vasca de Guernica- y en Vietnam y el drama de los musulmanes y croatas y el de los colombianos? No es la sangre colectivamente derramada en conflictos de horror entre los hombres, el mejor abono para la vida. Parece que sólo fueran los dioses los que deben morir de manera cruenta, y padecer, y sufrir y desaparecer para donar vida, pero esto es asunto de otras reflexiones. ¿O es que el genocidio es un alerta para que de tan terribles experiencias surjan pautas para que afinemos la capacidad de amar y la de perdonar? Y si es así, ¿qué hace la humanidad con estos casos de muertes masivas planificadas y otros cuyas características seguramente ignoramos?
Y una cuestión más delicada, angustiante, terrible, por supuesto…, ¿qué hacen los descendientes de víctimas y victimarios con el horror del genocidio? Y algo más crucial: ¿qué tanto cabe el amor, el perdón, la compasión, en el recuerdo de lo cruento masivo planificado, provocado y realizado? ¿Tiene el recuerdo de estos horrores algún intersticio donde quepa el amor? ¿Qué hacen con el recuerdo de estos crímenes los judíos, los colombianos, los iraquíes, los afganos, los tutsi, los huti, los de Sudáfrica, los de Bangladesh, los gitanos, los ucranianos, los bengalíes, los inquiridos por el horror del Santo Tribunal de la Inquisición, los descendientes de negros traídos a América en calidad de esclavos, los indios nuestros, las minorías latinas, árabes, gitanas, discriminadas por el poder norteamericano y la culta y moderna Europa, los bosnio-musulmanes, los de Nanking, los masacrados y desaparecidos por gobiernos dictatoriales de cualquier signo, los millones de millones de muertes y asesinatos en Asia, África y América Latina, a manos de España, Holanda, Francia, Portugal, Gran Bretaña, naciones colonialistas que se llaman cristianas…? ¿O las consecuencias de la anexión que Italia hizo de Libia? ¿Qué hacen? Y… ¿qué hacen los armenios con lo que se tiene como el horror de 1915?
En este 2005 se están cumpliendo 90 años de lo que se conoce como el genocidio armenio. Dice una fuente que “El domingo 25 de abril de 1915 un despacho telegráfico originado en Londres y fechado un día antes, es decir, el sábado 24, informaba sobre hechos ocurridos en la ciudad de Tabriz, por aquel entonces en poder de los turcos. Decía escuetamente: ‘La policía turca, cumpliendo órdenes de las autoridades, disparó contra los armenios haciendo una verdadera matanza entre ellos’.” (Roberto Cossa. 25 de abril, a 87 años de la tragedia armenia. El genocidio silencioso. http://pagina12.feedback.net.ar/secciones/contratapa/index.php?id_nota=4350&seccion=13  
Se trataría del primer acto genocida con el que se inicia el siglo XX y en el que fueron asesinados alrededor de un millón y medio de armenios, según han podido precisar los estudiosos de este acontecimiento. Este acto de hoy es para recordarlos y para rememorar, a pesar de las limitaciones de mis conocimientos, a aquellos primeros 600 varones notables que, según se sabe hoy, fueron asesinados después de haber sido detenidos en Estambul.
Pero esta práctica se prolongaría, mediante lo que los estudiosos de este evento consideran enmarcada dentro de dos estrategias. La primera, que consistió en la movilización de los varones armenios de servicio en el ejército turco, para luego someter a cientos de miles a trabajos forzados o, simplemente, ejecutarlos. La segunda estrategia contra los hombres fue el asesinato masivo de la población restante de varones.
Para aplicar estas estrategias se convirtió en obreros a los soldados armenios, en ámelés -como los llamaron-, despojándolos, entre otras cosas, de sus armas. Como obreros, los combatientes armenios fueron convertidos en animales de carga de bastimentos de todo tipo del ejército turco y a quienes tropezaban y caían por el peso inusual, se los castigaba con latigazos de exterminio, y a punta de bayonetas eran obligados a que se arrastraran hacia quién sabe dónde…
Se dice, asimismo, que otras estrategias que se aplicaron fue reunir a combatientes no turcos de cincuenta a 100 hombres a quienes se amarraba en grupos de cuatro, para ejecutarlos. Algunos testimonios informan que antes de las masacres se despojaba a las víctimas de sus ropas y otras pertenencias y en muchos casos se los obligaba a cavar sus tumbas.
Un importante estudioso de este evento, Vahakn Dadrian, escribe: "Aunque [la] movilización tenía muchos otros objetivos, sirvió para un propósito mayor, para la rápida ejecución del plan de genocidio. Removiendo todo cuerpo posible de varones armenios de sus ciudades, villas, aldeas, y aislándolos en condiciones en las cuales ellos virtualmente se entramparon, la comunidad armenia se redujo a condiciones cercanas de impotencia total, así como a una presa fácil de destrucción. Fue un golpe dominante cómo se logró de un soplo atender los tres objetivos de la operación para atrapar a la población víctima: a) dislocación a través del levantamiento del fuerte, b) aislamiento y c) la concentración para tener reunido al objetivo." (V. Dadrian, The History of the Armenian Genocide [Berghahn Books, 1995, p. 226)
Además de los combatientes armenios, se somete a mujeres, a niños, a ancianos, es decir, los vientres, el futuro, la memoria… Algunos investigadores informan que antes de las decisiones extremas se ofreció a las mujeres la alternativa de convertirse al Islam, lo que en este caso significaba no sólo la renuncia a un credo religioso ancestral -y aquí estaríamos ante una muestra de que también hubo etnocidio- y se hicieran sirvientes de familias turcas… Hasta donde se sabe, menos de mil aceptaron esta aparente libertad. El resto es obligado a salir de los espacios otomanos.
Leo Kuper, citando al historiador Toynbee, escribe: ‘Las mujeres que se quedaron atrás fueron disparadas […] en el camino, o arrojadas hacia los precipicios, o encima de los puentes.” (Leo Kuper, Genocide, p. 111) Morgenthau describe un convoy típico consistente de "18.000 almas", de las cuales "sólo mujeres y niños alcanzaron su destino. Los últimos sobrevivientes se tambaleaban a menudo en Aleppo [Siria] desnudos." Toynbee escribe: "cada pedazo de su ropa ha sido desgarrado en el camino. Testigos que vieron su llegada remarcaban que no había una cara joven o bonita […] entre ellos, y ciertamente no había ningún sobreviviente que fuera realmente viejo..." Morgenthau concluye: "Estoy seguro que la historia completa de la raza humana no contiene tales horribles episodios como este. Las grandes matanzas del pasado parecen insignificantes cuando se comparan con los sufrimientos de la raza armenia en 1915."
Consideraciones demográficas, aún no definitivas, asientan que de los dos millones y medio de armenios que habitaban a principios de 1915 tierras otomanas, fueron desaparecidos entre un millón cien mil y un millón 800 mil. Estamos hablando de un exterminio masivo de entre la mitad y los tres cuartos de los armenios que habitaban Turquía… El Centro de Investigación de los Caballeros de la Varta Armenia ha concluido que hay una profunda similitud entre los genocidios de judíos y armenios, puesto que ambos pueblos "se adhieren a una religión antigua. Ambos eran la minoría religiosa de sus respectivos estados. Ambos tienen una historia de persecución. Ambas son minorías creativas y talentosas que han sido perseguidas por envidia y oscurantismo."
Aun cuando, al parecer, falta mucho por estudiar del genocidio armenio, lo que se sabe hasta ahora destaca como sus principales responsables políticos a quienes dominaban el Comité Central del gobierno conocido como Turco Joven, amén de los miles de oficiales y soldados que junto con ciudadanos ordinarios turcos y kurdos llevan a cabo asesinatos y quienes vieron en la persecución a los armenios una oportunidad ideal para el pillaje, la violación, el secuestro. Estudio de Caso: El Genocidio de Armenia, 1915-17. En: www.gendercide.org/caso_armenia.html
Para el pueblo armenio ha sido difícil que estos hechos de 1915-1917 se conozcan en la plenitud de sus características… Se ha dicho, inclusive, que el mundo fue indiferente ante las denuncias que hicieran los franceses Anatole France y Jean Jaurés. Se afirma, inclusive, que el Estado turco se ha negado hasta ahora a reconocer el genocidio. Y “Debió producirse el segundo Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, el de los judíos y gitanos, para que la causa armenia resurgiera. Tras largos cabildeos en las Naciones Unidas, la causa armenia ha tenido alguna respuesta de la comunidad internacional”... Francisco Miranda, otro estudioso que ha venido aportando importante información sobre estos hechos, afirma que “recordar y movilizarse contra el genocidio de los armenios -como contra todos los genocidios- es un acto de defensa de la vida contra el crimen y sus ejecutores […] La peor de las amnesias -escribe Miranda- es la moral. Pueblo que no recuerde, que no tenga memoria, tarde o temprano pagará con creces su indolencia o su indiferencia.” Armenia, a 89 años del primer genocidio. 24/04/2004. En: www.argenpress.info/nota.asp?num=010595
Estamos de acuerdo, ciertamente, pero en beneficio de la mayor objetividad que exige toda investigación de carácter histórico, debo confesar que en la pesquisa que realicé para elaborar este breve discurso, no encontré información que me remitiera a la versión otomana sobre lo ocurrido a los armenios entre 1915-1917, principalmente. A la luz de lo que hoy sabemos podríamos esgrimir varias preguntas y, seguramente, muchas respuestas. Pero no me siento en capacidad de andar por esos predios.

Sí quiero decir, para finalizar, que a pesar del mal que nos ha acosado y nos acosa, el mundo siempre estará más allá del odio y más cerca del amor, porque el amor es la fuerza que tiene y ha tenido más representación individual y colectiva, más práctica social, y muy pocos en realidad desean asociarse al demonio, a la oscuridad, a las tinieblas del desamor, de lo maligno. Somos millones y millones los que preferimos la luz… Por eso la convoco, en este día que juntados aquí el pueblo armenio recuerda con pesar lo que la historia a cada día que pasa tiene con más certeza como un acto de genocidio a su etnia ocurrido en los predios otomanos hace hoy 90 años. Que las almas de quienes lo vivieron ayuden con sus voces eternas a imaginar nuevas formas de que se haga justicia, que también lo pedimos; que el recuerdo de sus nombres ayude a plagar con sus historias personales una historia que permita recoger testimonios y darlos a conocer, que también lo pedimos… Vayan mis condolencias al pueblo armenio y que desde la cruz de este martirio colectivo se pueda activar el imán del amor más que los suplicios y la agonía del odio. (Rafael A. Strauss K. Discurso de Orden. Jardín Botánico-UCV, 10.4.2005)

viernes, 10 de abril de 2015

Luis Ramos Dormoy, por Rafael A. Strauss K. Respuesta vegetal de luz y sombras...© Los Palmeros de Chacao



Respuesta vegetal de luz y sombras...

Texto para el catálogo de la exposición 

Fotografías de Luis Ramos Dormoy y una muestra de retratos anónimos sobre Los Palmeros de Chacao. Caracas, Concejo Municipal del Distrito Sucre, Comisión de Educación y Cultura, Biblioteca Municipal Raúl Leoni, marzo 1988. Centro Prestigio Giogio, PB, Av. Capitolio, Boleíta Norte.

Desde 1982 Luis Ramos D., diseñador y fotógrafo, comenzó a mirar la Semana Santa en Chacao a través de los lentes de su cámara y comenzó a atrapar para la memoria municipal, nacional, individual, colectiva, un pedazo de la tradición cristiana que nos remite a Cristo entrando al mundo entre vítores de palmas… Y desde 1984 ha dedicado la mirada de su afecto a exaltar en imágenes cuanto tenga que ver con Los Palmeros de su localidad, Chacao… Así, Luis Ramos ha venido a ser el fotógrafo de la gestación, del nacimiento, de la infancia de las cosas..., magia generosa que comparte con su oficio de diseñador… El feliz niño que lo habita suele rasgar la luz de los entretelones y hasta el momento le ha dado presencia y existencia magnífica a trabajos como Isabel -de María Inmaculada Barrios-, que sintetiza en un par de disímiles zapatos en la portada de ese libro diseñado por Luis... Manos de fotógrafo, luz del mago artesano que tejió esa idea esplendorosa de una máscara enorme que lo mira a uno como si fuese el lente de su cámara que escapó de sus manos para estarse preciosa y fascinante en su diseño de Psiquemas, un poemario de Gerardo Barrios. Antes de todo esto, Luis domesticó una mariposa, que hizo nido en el vientre de su cámara y la fue conduciendo por caminos de una luz que inventó y esa fue la respuesta de su ingenio a esa pregunta del grandote poeta Alberto Arvelo "¿que tendrá el cedro del cuatro, tan seco y echando flor?”, para un dossier sobre nuestro cuatrista Hernán Gamboa; y hasta le creó un jardín, húmedo, magistral, altisonante, a unos Cantos para que no muramos -también de María Inmaculada- y le ha hecho compañía fraterna a ese hombre que "un día hará correr un ferrocarril sobre un rayo de luz”, de nuestro siempre recordado Luis Luksic. Y Veredas de Cabras, poemario de Freddy Weffer, es libro que uno toma con recelo en sus manos para no espinarse los ojos cautelosos con esos cardones que crecen en la portada y ese calor queriéndose salir de esos médanos inventados en tinta… Y tantos otros libros desde entonces hasta ahora, diseñados con el prestigio y la paciencia de un artista…, como ése sobre la hallaca, de Beatriz Salamé, y El vínculo es la salsa, de Juan Carlos Báez, y Huésped de la neblina, de María Inmaculada Barrios, y La cocina árabe-siria de Olivia, por mencionar algunos…


Luis nos muestra hoy el placer de otro de sus trabajos, que ha venido gestando en varios años… La vegetalidad de su apellido parece mezclarse con la de una tradición que ha registrado Ramos en Chacao... y con ese lenguaje de luz y sombras Luis completa de manera atinada su varia e inmensa valoración de las cosas de los seres humanos, historiadas e historiados con recursos de amor, y conciencia de que el futuro se la pasa esperándonos con esa interrogante permanente de qué hicimos y he aquí un registro que es respuesta... /R. Strauss K./1988


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Durante veinte años se ha hecho un seguimiento fotográfico a una tradición que ha pervivido desde hace aproximadamente doscientos años. Se trata de la fiesta de Los Palmeros, que forma parte de la Semana Santa en el municipio Chacao, del estado Miranda. 

Desde su nacimiento y a lo largo del tiempo, Los Palmeros se han convertido en una respetabilísima tradición, constituyendo el aporte popular a la universal liturgia de la Semana Mayor, especialmente en sus festividades del Domingo de Ramos.

Una afortunada combinación de elementos y la conciencia popular por lo bueno, tanto a nivel individual como colectivo, hicieron emerger la fiesta de Los Palmeros desde el ámbito mismo de la necesidad de contrarrestar con paliativos de promesas una peste u otros males allá por los tiempos coloniales.

La convicción popular de que lo prometido es deuda, inyectó siempre del mejor ánimo a grupos de personas que descubrieron formas idóneas, conservacionistas, magníficas de comunicarse y de entenderse con la naturaleza y la historia y con la divinidad y costumbres religiosas heredadas.

Aquella afortunada combinación incluye tanto los sentimientos de organizadores y seguidores de la fiesta, como un cuidado casi místico por El Ávila, lugar que dona, generosamente, las palmas a ser bendecidas en liturgia de Domingo de Ramos. Y Chacao, como espacio urbano que acoge y caracteriza a Los Palmeros, ha recibido hasta ahora los más caros cuidados de un numeroso grupo que ha deseado fortalecer la identidad local pedregalense para ofrecerla sin medidas. R. Strauss K./1988



martes, 7 de abril de 2015

La historia no es caletre, es vivencia©

La historia no es caletre, es vivencia, por Rafael A. Strauss K. Publicado en Expresión, Año 2, No. 11, p. 17, Villa de Cura, noviembre-diciembre 1983.*

En varios pueblos de Venezuela ha venido ocurriendo algo interesante: mucha de su población joven se ha armado de grabadores, cuadernos, cámaras fotográficas de todo tipo y otros aditamentos para recoger de la gente mayor sus recuerdos y vivencias sobre su pueblo y para fotografiar, filmar, pintar, dibujar casas, calles, personajes, lugares y sitios. Otros, además, han decidido registrar no sólo lo pasado sino también hechos cotidianos y acontecimientos del presente, como inauguraciones, visitantes, festivales artísticos populares, hechos curiosos, etc. Es decir: mucha gente, sin ser historiadores ni periodistas ni artistas titulados, ha decidido recoger material para mostrar la historia de su pueblo. Creo que esta acción no sólo es válida; es también necesaria. Válida porque es una manera de llenar los sensibles vacíos que tiene hoy en día la historia nacional al haber ignorado en su contenido al pueblo. Dicha historia se ha regido siempre por la presencia augusta de los héroes, por la celebración de batallas, por las grandes fechas o momentos históricos, de tal manera, que tales cosas han venido a ser como indicadores de la importancia o no de nuestros pueblos. Si en un pueblo no ocurrió algo considerado importante, o no hubo allí batallas, o el abrazo de héroes, o la firma de un tratado, o por allí no pasó alguno de nuestros héroes nacionales, ese pueblo, entonces, no es importante, según la "historia oficial".


Pero la historia no es sólo batallas, ni héroes, ni fechas importantes. Son historia todas las cosas que los seres humanos han hecho; lo es su historia prehispánica o precolonial, en el caso de los pueblos de Venezuela, y de América; su fundación, la vida diaria que se fue conformando, hasta ahora; la creatividad y creaciones de la gente en su pintura, su música, su poesía, su prosa...; las ideas, comentarios y afines puestos en las paredes o en las puertas de baños públicos; los nacimientos, bautizos, confirmaciones, 15 años, matrimonios y muertes; lo es también la migración; también divorcios y vida religiosa; gobernantes, alcaldes, sacerdotes, sus ideas; congregaciones, procesiones, celebración de fiestas a los santos y santas; otros cultos; rencillas entre familias; posesiones de tierra y sus linderos; características psicológicas de los pobladores; cantidad de aparatos de radio, tv.; prensa, colegios de secundaria, primaria, superior; fábricas, salarios, huelgas, contratos colectivos; es historia todo cuanto tiene que ver con todo lo que hace y/o deja de hacer el ser humano, ubicado en un espacio y tiempo determinados, y todo conectado con las grandes instancias de la cultura: lo económico, la organización política y la social, lo jurídico, lo estético, lo religioso, lo moral, lo psicológico, lo lingüístico, lo geográfico... 
En todos los pueblos hay esas fuentes vivas de información que son los viejos, los importantes viejos que vivieron tantas cosas y que no sólo pueden recordarlas sino que recuerdan también las cosas de sus padres... y es por eso que son como unos puentes invisibles que pueden llevarnos hacia el pasado. Para difundir el resultado de esta investigación militante y espontánea, hay muchos medios: una buena parte de ellos, a nuestro alcance: las carteleras de escuelas, liceos, universidades; las de la iglesia y/o casa parroquial o, como hicieron en un pueblo del Guárico: una cartelera-vitrina especialmente colocada en la plaza. Asimismo: prensa, revistas y folletos locales u otros medios que individuos y/o agrupaciones sean y son capaces de imaginar y crear y, más recientemente, el mundo maravilloso y mágico del ciberespacio. 
No es cierto que desde la ciudad o desde la academia van a salir quienes escribirán la historia y realidad de nuestros pueblos. Hubo, hay y habrá excepciones, pero no son la norma. Basta que desde el pueblo mismo surja indetenible el deseo para que se comience y se consiga un apoyo no tradicional de cómo emprender una investigación científica y posible de hablarle al mundo desde nuestros pueblos, sobre nosotros mismos, sobre nuestros vecinos, nuestra historia...; para decirle a todos y a nosotros lo capaces que fuimos, lo incapaces que, en general, hemos llegado a ser y la capacidad de ser nuevamente capaces si deseamos volver a conquistarnos. Una ventaja que veo en este rescate y difusión de nuestro pueblo, es que se dotaría la enseñanza regional de la historia de un material, de información capaz de vincular al niño, al adolescente con su realidad inmediata. No podemos continuar vinculando al educando con realidades humanas hermosas, pero tan distantes de nosotros mismos que es casi imposible aprehenderlas. La historia no es caletre; la historia es -y tiene que ser- vivencia. Rafael A. Strauss K. [* Con algunas modificaciones respecto del original de 1983]

lunes, 6 de abril de 2015

Prosas de Carne y Poesía, de Rafael Antonio Strauss K.©


(blog en construcción)


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Tierra que me contiene y que contengo como material para una arqueología que no como una urna adentro porque vivo… Datos de fueron fue se desnuda mi siendo en una estratigrafía donde todos están, en orden, como un libro en el que me leo mi existencia y en él los genes de una biología que me existe, que dialoga con la materia cultural que me procrea, que me hace visible cuando hablo y escribo, que me lleva completo hacia la muerte. (©2004, Caracas, Venezuela, de Rafael Antonio Strauss Kazen)

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Al pie de mi existencia

Déjame estar detrás del alfabeto para verle el costillar a cada letra, pero no las pronuncies, no las digas, no ensalives sus nombres, no enlengües sus maneras de estar… Vamos primero al baile de la hormiga, que ayer estuvo haciendo caminos en la tierra del patio para restarle distancias al árbol de guayaba que cargado de fruta se me apetece en ojos se me gusta en la boca se me inquieta en las manos… Erecto el sortilegio de la estirpe, prendidas las distancias al costillar que miro, cada letra se enreda a mi pasado, se hace nombre y lo nombra, se hace sonido y dice, se hace palabra y habla, se hace convocatoria, se hace sudor que riega, se hace capullo y crece, se hace suposición, enjambre, se hace Frida y Picasso, se convierte en Olimpia, se lanza al mar Egeo con todas las palabras que sirven para no ahogarse, se hace todo de pronto, mientras al pie de mi existencia Melina, Sor Juana, Isadora, Chavela acarician sin miedo todos los espíritus que encarna Quetzalcoatl. Si Gabo me mirara le diría tan sólo una palabra, la que me está quemando, la que sigue creciendo, la que ha venido siendo columna vertebral de mi alfabeto…, gracias, le diría apenas en silencio, como si musitara ante un altar esa esperanza y movería los labios sólo lo necesario para decirle gracias, mientras busco en la intemperie de mi osadía para exhibir los brillos que me agobian. (©2004, Caracas, Venezuela, de Rafael Antonio Strauss Kazen)

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