Presentación de Rafael
A. Strauss K. © Hallacas. Aromas de una tradición, libro de Beatriz
Páez de Salamé. Caracas, Una Producción Derrelieve, 1995.
Aromas de una
tradición parece ser el subtítulo más acertado para un libro que trata sobre
hallacas, uno de los sabores y olores y una de las experiencias culturales más
apetecibles de la cocina venezolana.
La señora Beatriz,
incansable artista de la culinaria más reconocida, descubrió un día que sobre
la reina de nuestra gastronomía navideña, se había escrito mucho pero que todo
ello andaba exactamente igual que los ingredientes de la hallaca antes de
confeccionarla: por aquí una opiniónmasa, una opiniónpasita; por allá un
escritoaceituna, una opiniónguiso, una pabilo, una pimentón en tiritas, una
opiniónhojas... y decidió hacernos una hallaca especial que nos durara siempre.
Decidió hacer un libro.
La señora Beatriz no
es escritora y asumió su inquietud, que confiesa desde que abrimos la hallaca y
devoramos este libro, sin las pautas que por lo general sigue un autor para
confeccionarlo. Derrelieve, respetando en su mayoría la versión original, y
siempre con la anuencia de la autora, le ha dado a este trabajo las
características que ahora tiene.
La señora Beatriz es
lo suficientemente clara en sus propósitos. No se ha quedado, sin embargo, en
la sola entrega de una lista de modos de preparar hallacas, sino que hace que
este manjar se vea habitado por la cotidianidad doméstica y festiva de este
arte ancestral venezolano, al convocar formas tan particulares del trabajo
colectivo –esenciales en la hallaca– en una suerte de cayapa, igualmente
ancestral y aquí urbanizada.
Porque cuando se
abre una hallaca, no sólo se abre un libro con todas las historias de nuestra
regionalidad y nacionalidad transculturadas, sino un baúl desde el que sale
gente y recuerdos y aromas y una fértil parcela de venezolanidad.
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