Manolo Roldán, Mando, In Memoriam, por Rafael A. Strauss K.© Caracas, 17.7.1998.
Como si cada
lienzo de Manolo Roldán -Mando- fuese un libro, uno va penetrando en dos
aspectos importantes de la cultura indígena de América y Venezuela. Con una
peculiar concepción de la perspectiva y el volumen, Mando transcribe a su
pintura los colores y el ámbito del entorno indígena venezolano, el arte de su
pasado y la angustia que en el presente ocasionan los garimpeiros, nómadas
sembradores de miseria. De lo primero, ya Mando había dado cuenta en trabajos y
exposiciones anteriores, cuando asumió como temática central de su pintura la
mitología indígena americana. Uno de sus cuadros, inclusive, fue reproducido
como portada de un trabajo sobre deidades prehispánicas de Venezuela.
En esta ocasión el
artista centra su interés en la llamada Venus
de Tacarigua, una de las más importantes piezas del antiguo arte indígena
de lo que actualmente es Venezuela. Esta Venus es una figura femenina de 34.5
cm., en arcilla modelada y decoración incisa y cuyas características le
confieren, en opinión de algunos estudiosos, “un carácter único en la
arqueología americana”. Mando se apropia de la forma de la figura, y línea por
línea la recorre con la suavidad de sus manospinceles de odontólogo y reproduce
para nosotros la fuerza fértil y el nutriente materno de la Venus, con los
colores vivos de la tierra del trópico… A la sencillez artesanal de esa pieza
arqueológica Mando añade la contorsión del parto de la madre-venus,
coloreándole el vientre con una especial luz maternal y nutritiva. Será por eso
que ante las pinturas que hace Mando de la Venus uno se siente palpitando en el
útero ancestral del barro indígena venezolano.
Pero el artista va
más allá y nos relata en su particular estilo plástico una de las más recientes
angustias de las sociedades indígenas que pueblan la zona limítrofe de
Venezuela con Brasil. Y es que la ancestral convivencia ejemplar con la
naturaleza en esa área, se ha desequilibrado por el saqueo de oro que hacen los
garimpeiros. En esta ocasión, Mando asume como otro de sus temas ese proceso
depredador que han puesto en marcha estas gentes procedentes del Brasil,
representando aquellas figuras con una fuerza tal en su volumen y su ubicación
en el lienzo, que nos hace partícipes de este nuevo concepto antiecológico del
mal, presente en el sur de Venezuela.
Desde su profesión
de odontólogo Mando cautiva a sus pacientes por su sencillez de ser humano que
se interesa por la historia personal de cada quien, y habla, pregunta y
comenta, de tal forma que uno lo percibe enriqueciendo siempre su intelecto y
sus conocimientos y siempre actualizado en lo personal y lo colectivo; y un
primer elemento de su extraordinaria sensibilidad como artista es su colección
de sacapuntas que decora su consultorio.
Cuando uno mira las
pinturas de Mando se tiene la sensación de estar hurgando con el artista una
parte importante del pasado y el presente de América Latina, porque Mando
convoca en sus pinturas el arte de los primeros habitantes de nuestra historia
y parte del presente de muchos de sus descendientes. Al escribir esta temática
con líneas y colores, Mando deja espacio para que el espectador descubra las
otras fuerzas que no plasma en sus lienzos, de tal manera que ante los trabajos
de Mando uno vive una doble experiencia: la del espectador que mira lo pintado
en el lienzo y la de quien puede descubrir sentimientos alternativos ocultos en
lo puramente plástico. (Rafael A. Strauss K.)
Manolo: 1) Como te dije
por teléfono, no me atreví a ser más poético –que es como me gusta escribir
este tipo de textos– porque no pude sacarme de la cabeza que este escrito será
traducido al inglés, y temí que no se captase eso
poético y se perdiera la esencia. Preferí entonces un texto más lineal, lo que no
significa que si tienes observaciones no se pueda lograr otra cosa. Trataré de
verte el próximo martes por la mañana; mientras tanto, recibe un gran abrazo,
de Rafael. /// 17 de julio de 1998.
><><><><><><
Manolo Roldán, MANDO.
Odontólogo de profesión. Nace en Caracas, en 1947. Estudios: 1967–1992: Alemany Adult School, San Francisco,
Ca. U.S.A. / Escuela Cristóbal Rojas, Caracas / Taller Pedro Centeno Vallenilla
/ Taller Elisa Lemos / Taller Antonio Bejarano / Escuela Cristóbal Rojas. Maestros: Ortiz Pozo, Roberto
González, Jorge Salas, Centeno Vallenilla. Individuales:
Museo Lino Clemente, Petare, Caracas, 1984; Cinterplan, OEA, Caracas, 1985;
Maraven, Caracas, 1986; Hospital Vicente Salias, Fuerte Tiuna, Caracas “ De la
Vida Diaria....”, 1990; Macuto Sheraton Resort Hotels, Caraballeda, La Guaira,
1993; Galería Axia, El Hatillo, Caracas, 1994-1995; El Museo Latino, Omaha, Nebraska,
USA, 1998-1999; Metro de Caracas, Galería El Pasillo, Chacaito, Caracas “
Frágile “, 1999; Ateneo de Caracas, Caracas, 2001; La Grotta, El Hatillo,
Caracas. Galería Virtual: www.nosoloarte.com;
Galería Virtual: www.visionarte.com;
Galería Virtual: http:// www.geocities.com/galeriakk2u;
Galería Virtual: www.openarte.com;
Galería Virtual www.loockandclick.com/arte_literatura/index.html;
Galería Virtual: www.arteplastica.com;
Galería Virtual: www.absolutearts.com;
Galería Virtual: www.icarogallery.com;
Galería Virtual: www.conelarte.com Colectivas: Fuerte Tiuna, Junko
Country Club, 1980; II Bienal Salón Rómulo Gallegos, Caracas, 1984; Hospital
Central Carlos Arvelo, Caracas, 1984; Salón Pintura CORPOVEN, 1985; ASOSICO,
Doctor Pedro Centeno Vallenilla, 1986; Galería Rovaina, Caracas, 1986 Galería
Pintel, Caracas, 1986; de Comercio, La Guaira, 1987; Museo Caracas, Caracas,
1987; Fedecámaras, Caracas, 1987; Anapace,
Caracas, 1987; Anapace, 1990; Hotel Eurobuilding, Caracas, 1990; Museo Caracas,
1991; XLVII Aniversario IVSS.Caracas, 1992; Galería Visión Arte. Madrid, 2002;
Icaro Gallery, Palm Springs, Los Angeles, U.S.A, 2003. Reconocimientos: I Premio Pintura Hospital Central Fuerzas
Armadas, 2004; II Premio Aniversario del IVSS, 2004; Galería Crisolart.
Barcelona-España; Accas café. Torre Letonia. Caracas-Venezuela
En otros catálogos
Despliegue
generoso de luz.- “En un despliegue generoso de luz, color y movimiento, la
obra nos religa con las esencias de lo indígena, es decir de lo originario de
nuestra América. En ese recorrido casi onírico, encontramos entonces los temas
eternos de lo femenino, de la fertilidad, del nacimiento, del sacrificio y de
la muerte. Lo nutricio, lo erótico y lo sagrado se mezclan de manera misteriosa
y llena de vitalidad plástica” “Cuando uno observa las pinturas de MANDO, se
tiene una sensación de estar hurgando con el artista una parte importante del
pasado y el presente de América latina, porque MANDO convoca en sus pinturas el
arte de los primeros habitantes de nuestra historia y parte del presente de
muchos de sus descendientes. Al escribir esta temática con líneas y colores
MANDO deja espacios para que el espectador descubra las otras fuerzas que no
plasma en sus lienzos, de tal manera que ante los trabajos de MANDO uno vive
una doble experiencia: La del espectador que observa una doble experiencia en
el lienzo y la de quien puede descubrir sentimientos ocultos en lo puramente
plástico.” Rafael A. Strauss. (Antropólogo)
Manolo Roldán- Criticas www.visionarte.com/Pintura/MRoldan/.../Criticas2.html Críticas a la obra de Manolo Roldán Humpiérres, Mando /// Como si cada lienzo de Manolo Roldán - Mando - fuese un libro,
uno va penetrando en dos aspectos importantes de la cultura indígena de América
y Venezuela. Con una peculiar concepción de la perspectiva y el volumen, Mando
transcribe a su pintura los colores y el ámbito del entorno indígena
venezolano, el arte de su pasado y la angustia que en el presente ocasionan los
garimpeiros, nómadas sembradores de miseria. De lo primero, ya Mando había dado
cuenta en trabajos y exposiciones anteriores, cuando asumió como temática
central de su pintura la mitología indígena americana. Uno de sus
cuadros, inclusive, fue reproducido como portada de un trabajo sobre deidades
pre-hispánicas de Venezuela. // En esta ocasión , el artista centra su interés
en la llamada Venus de Tacarigua, una de las más importantes piezas del antiguo
arte indígena de lo que actualmente es Venezuela. Esta Venus es una figura
femenina de 34.5 cms, en arcilla modelada y decoración incisa, cuyas
características le confieren, en opinión de algunos estudiosos " un
carácter único en la arqueología americana ". Mando se apropia de la
forma de la figura, y línea por línea la recorre con la suavidad de sus manos
pinceles de odontólogo y reproduce para nosotros la fuerza fértil y el
nutriente materno de la Venus, con los colores vivos de la tierra del trópico…
A la sencillez artesanal de esta pieza arqueológica, Mando añade la contorsión
del parto de la Madre-Venus, coloreándole el vientre con una especial luz
materna y nutritiva. Será por eso que ante las pinturas que hace Mando de la
Venus, uno se siente palpitando en el útero ancestral del barro indígena
venezolano. // Pero el artista va más allá y nos relata en su particular estilo
plástico una de las más recientes angustias de las sociedades indígenas que
pueblan la zona limítrofe de Venezuela con Brasil. Y es que la ancestral
convivencia ejemplar con la naturaleza en esa área, se ha desequilibrado por el
saqueo de oro que hacen los garimpeiros. En esta ocasión, Mando asume como otro
de sus temas ese proceso depredador que han puesto en marcha estas gentes
procedentes del Brasil, representando aquellas figuras con una fuerza tal en su
volumen y su ubicación en el lienzo, que nos hace partícipes de este nuevo
concepto anti-ecológico del mal, presente en el sur de Venezuela. // Cuando uno
mira las pinturas de Mando, se tiene la sensación de estar hurgando con el
artista una parte importante del pasado y el presente de América Latina, porque
Mando convoca en sus pinturas el arte de los primeros habitantes de nuestra
historia y parte del presente de muchos de sus descendientes. Al escribir esta
temática con líneas y colores, Mando deja espacio para que el espectador
descubra las otras fuerzas que no plasma en sus lienzos, de tal manera que ante
los trabajos de Mando uno vive una doble experiencia: la del espectador que
observa lo pintado en el lienzo y la de quien puede descubrir sentimientos
alternativos ocultos en lo puramente plástico. (Rafael A. Strauss K.)
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