Saloma, una novedosa galería de arte en Caracas. Palabras
en su inauguración,© por Rafael
A. Strauss K./ Caracas, 29.10.1995.
A partir de hoy, Venezuela dispone de otro espacio para el arte. A
pesar de las incertidumbres de circunstancia que últimamente han venido
atentando en Venezuela contra las buenas cosas, un grupo de arriesgados
creadores decidimos retomar la esperanza, refaccionar la voluntad, desvestirnos
de angustias y convocar el arte y la creatividad y la inventiva y la
imaginación…, eternas amistades confiables para reconquistar espacios de la
esperanza, y repoblarlos.
Hoy asistimos a la repetición
de un rito, de un evento, que hombres y dioses han realizado desde siempre, y
que consiste en contemplar las obras de los otros y las propias, separarse por
un momento del entorno inmediato, y analizar sintiendo, y analizar mirando, y
sentir escuchando, y sentir que se siente y se analiza y se oye y se mira para
concluir sintiendo. Aludimos al arte, que es disposición, virtud e industria
para construir y transformar y por medio del cual los hombres se diferencian de
la naturaleza, aprehenden la cotidianidad y se convierten en dioses, en cultura…
Aludimos y convocamos al arte, acto mediante el cual el hombre imita o expresa
lo material o lo invisible, valiéndose de la materia y de lo visible.
A partir de hoy, Venezuela
cuenta con Saloma, nombre que proviene de un vocablo que nace en Grecia, donde
se pronuncia Kéleuma. El mundo latino lo adopta y lo transforma en Celeuma, y
llega al español, en el que con el nombre de Saloma se designa el canto
cadencioso de un jefe y el son con que los marineros y otros operarios
acostumbran acompañar sus faenas para hacer simultáneo el esfuerzo de todos.
Saloma, pues, es el canto con el que se apoya, se acompaña, se realiza un
trabajo colectivo.
Apadrinados por esta idea,
hemos querido cobijar bajo la frescura de este nombre a la Venezuela de la intimidad
más profunda del nosotros que nos puebla…, y es por ello que este espacio al
que pertenece la Galería Saloma ha sido concebido como un escenario donde es
posible la confluencia de lo tradicional venezolano con modernas propuestas en
lo gastronómico, lo musical, lo literario, lo artístico… Un lugar donde sea
posible la convivencia de la Venezuela de ahora con las buenas cosas de
siempre, combinados de tal forma, que ante lo nuevo que surge reconocemos la
tradición de nuestras creaciones anteriores… porque Saloma es geografía donde
vive nuestra historia en un presente en el que se gestionan propuestas nuevas… sin
desechar lo de antes. Saloma es recuperación de sensaciones que hoy están a
punto de extraviarse entre los vericuetos de la desesperanza…
Quizá se trate de un regreso a
la nostalgia necesaria y creativa, porque como diría Cesare Pavese, "Un
pueblo quiere decir no estar solo, saber que en las gentes, en las plantas, en
la tierra hay algo nuestro y, a pesar de que uno se marcha de allí, siempre nos
aguarda". Queremos convocar en Saloma la universalidad y la regionalidad
que es Venezuela, no en síntesis forzada por teorías de academia, sino en su
misma realidad, que es historia grandota e historias más pequeñas captadas en
la cotidianidad de lo que hoy percibimos como país. Nuestros gentilicios y
genealogías se han venido llenando de nombres y apellidos que no estaban en
nuestra originaria concepción, y de ingredientes y sus combinaciones que, sin
ser en el principio de nosotros, son ahora tan nuestros como las concepciones
que nos crearon.
Hoy ejercemos en Saloma
oficios de mestizaje, y al hacerlo, recuperamos esencialidades y somos todo y
uno y varios y estamos siendo ese nosotrosmismos pero también losotros y eso es
lo que convocamos en Saloma: un escenario permanente de la creatividad que nos
pertenece. Hoy ejercemos oficios del placer de vernos concurriendo a esta
convocatoria de esperanzas para que como Orfebres de lo Cotidiano acompañemos
nuestras faenas con salomas para hacer simultáneo el esfuerzo de todos.
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